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Piel perfectamente hidratada, nutrida y regenerada, suave como el terciopelo y hermosamente perfumada. Relajación y calma profundas para el cuerpo y los sentidos.
Una lujosa vela para el masaje de rostro y cuerpo, recomendada para los rituales de belleza. Su fórmula está basada en valiosos ingredientes vegetales, incluyendo aceites nutritivos de semillas de jojoba, almendras y cacao, que son fuente de vitaminas y ácidos grasos insaturados del grupo omega. La vela fundente calienta sus ingredientes a una temperatura perfecta para el cuerpo, cuidando así la piel de forma intensiva durante el masaje y calmando y relajando los sentidos. La fórmula de la vela contiene una mezcla específicamente compuesta de aceites esenciales puros que gozan de un amplio espectro de propiedades antienvejecimiento: reducen la aparición de arrugas mientras regeneran y fortalecen la piel.
Las notas suaves y sofisticadas del aceite de rosa de Damasco se combinan armoniosamente con clavos y flores blancas, evocando el encanto de la Provenza.
El ritual deja la piel hidratada de forma óptima, suave y aterciopelada, y envuelta en un aroma sensual.
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Piel perfectamente hidratada, nutrida y regenerada, suave como el terciopelo y hermosamente perfumada. Relajación y calma profundas para el cuerpo y los sentidos.
Una lujosa vela para el masaje de rostro y cuerpo, recomendada para los rituales de belleza. Su fórmula está basada en valiosos ingredientes vegetales, incluyendo aceites nutritivos de semillas de jojoba, almendras y cacao, que son fuente de vitaminas y ácidos grasos insaturados del grupo omega. La vela fundente calienta sus ingredientes a una temperatura perfecta para el cuerpo, cuidando así la piel de forma intensiva durante el masaje y calmando y relajando los sentidos. La fórmula de la vela contiene una mezcla específicamente compuesta de aceites esenciales puros que gozan de un amplio espectro de propiedades antienvejecimiento: reducen la aparición de arrugas mientras regeneran y fortalecen la piel.
Las notas suaves y sofisticadas del aceite de rosa de Damasco se combinan armoniosamente con clavos y flores blancas, evocando el encanto de la Provenza.
El ritual deja la piel hidratada de forma óptima, suave y aterciopelada, y envuelta en un aroma sensual.