Seguramente alguna vez hayas oído hablar de las sales de Epsom. Son compuestos químicos que contienen sulfato y magnesio.
Para que se reconozca como sal debe pasar por un proceso de hidratación. El origen de su nombre viene de Inglaterra, donde fue elaborada por primera vez.
Las antiguas civilizaciones conocían las aguas minerales para extraer la sustancia conocida como epsomita.
Sin embargo, en la actualidad son cada vez más las personas que la conocen, pues aseguran que contiene cualidades para mantener el organismo sano por dentro y fuera.
No obstante, también son un excelente remedio para la higiene en el hogar, problemas en el jardín y como exfolian para la piel.
Seguro que estás pensando que, con tantos beneficios, es un producto exclusivo y de alto coste. En realidad son muy económicas y las podemos encontrar aquí.
Si lo que quieres es desintoxicar tu cuerpo las sales de Epsom te ayudarán.
Cabe destacar que el cuerpo requiere una dosis diaria de entre 300 y 400 mg de magnesio, el cual se absorbe rápidamente por medio de la piel.
Así pues, solo necesitas agregarlas en la ducha para tener una experiencia relajante, reducir la inflamación, exfoliar tu piel y eliminar el exceso de toxinas.
Pero, ¿Por qué es tan importante el magnesio? Este mineral interviene en la formación de las proteínas que se localizan en las articulaciones y el tejido cerebral, además de regular las enzimas en el cuerpo.
Solo tienes que espolvorear en las zonas donde se anidan los insectos ¡y listo!
Además, no solo mejora el aparato digestivo, sino que también acelera el metabolismo.
Es importante que cuides las cantidades de sales Epsom. Si lo vas a consumir como laxante sigue las indicaciones al pie de la letra.
De lo contrario puede provocar diarrea, calambres, náuseas y distensión estomacal. Por ello no es recomendable que lo tomes frecuentemente para aliviar el estreñimiento.
Es fundamental beber suficiente agua durante el día para evitar la deshidratación.
Por otra parte, la sobredosis de magnesio causa bajas en la presión arterial, enrojecimiento en la piel y ritmo cardíaco lento.
En caso de estar embarazada, es necesario consultar a un médico para evitar complicaciones.
Como ves, incluir los baños con sales Epsom en tu rutina diaria –no más de 3 veces por semana– te proporciona enormes beneficios físicos y emocionales.
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